Apreciado lector, el ejemplar número 20 de Redoble de silencio ya es una realidad palpable. Dos décadas contigo bien merecen una mirada hacia atrás, llena de nostalgia y satisfacción por el camino recorrido y el trabajo bien hecho. No ha sido fácil pero la revista se ha consolidado gracias al trabajo de muchas personas, trabajo ilusionado e ilusionante, desinteresado y esforzado. Y lo mejor de todo, lo que más nos enorgullece es que no seguimos caminando por caminar, no sacamos revistas a la calle por cumplir el expediente. Redoble de Silencio hoy es mejor que hace 20 años y gracias a cada publicación anterior. Nuestra revista mira al futuro con esa misma ilusión que nos caracteriza pero también con responsabilidad, con ganas de seguir mejorando. Contando con todos.
La revista, insustituible hoy día en el imaginario colectivo de nuestra hermandad, lleva décadas siendo una plataforma de encuentro, de entendimiento y confraternización. Una herramienta para conocernos y aportar ideas, para gustar y descubrir la Hermanad. Y también un instrumento para evangelizar y catequizar. Queremos seguir contando historias, opiniones, estudios y noticias. Queremos seguir poniendo imagen a cada acontecimiento y a cada persona. Y en esta ocasión, siendo fieles a nuestra idea original, lo hacemos renovando formas y contenidos, aportando nuevas secciones.
Y a modo de genial coincidencia, la revista cumple 20 años cuando celebramos el Cincuentenario del Cristo Yacente de Palma Burgos. Por eso la portada ha querido mirar a ese lugar último y privilegiado del cortejo donde procesiona Él, imponente, empujado por sus veteranos y jóvenes costaleros, iluminado por las majestuosas cuatro antorchas, flanqueado por nuestros centenarios varales de tulipas, rezado por los cofrades, los fieles del público y por nuestro Consiliario (gracias Juan Ignacio Damas por tanto y tan bueno), mientras suenan nuestras marchas y el silencio se apodera de la calle.
Resaltamos también la proclamación de nuestra sede canónica, Santa María de los Reales Alcázares, como Basílica Menor. Otro acontecimiento histórico por el que dar gracias. Y nos unimos a la alegría de toda la Iglesia, especialmente en España, al conmemorar el V Centenario de Santa Teresa de Ávila, cima espiritual de nuestra fe.
Pero lo mejor de la portada es lo que viene detrás, su contenido. Merece la pena. Cada colaboración, cada “redoble”. Gracias a todos los que habéis enriquecido todas las páginas: escritores, fotógrafos y anunciantes. Y gracias a todos los que han colaborado durante todos estos años, sin vosotros no hubiésemos llegado hasta aquí. Prometemos seguir “redoblando” por mucho tiempo, como lo hace nuestra querida banda en cada ensayo y durante el Viernes Santo. Con esa esperanza, deseamos que disfrutes con la lectura. Feliz Semana Santa y Pascua de Resurrección.
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