Texto: Web Cruz de Guía Úbeda.
De largo se vistió el auditorio del Hospital de Santiago, en el que tuvo lugar la presentación del cartel oficial de la Semana Santa de Úbeda de 2014, en la noche del sábado, día 18 de enero. Era la Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestra Señora de Gracia la encargada de aparecer en el cartel, por obra y gracia del fotógrafo Jesús Mendoza, ganador del concurso convocado al efecto. Antonio Manuel Medina Gómez se encargó de mostrarnos la cara más oculta de la hermandad, ésa que no puede ver ni vivir la mayoría de la gente, a la vez que nos explicó lo que para él (suponemos que también para la cofradía) significa la imagen que representará a la Semana Santa de nuestra ciudad, a lo largo y ancho del mundo real y del virtual. De poner la guinda musical se encargó la Sociedad Filarmónica que, en adelante, ocupará la noche del Lunes Santo pero que ya ocupa un lugar muy importante en el alma de quienes hemos tenido el privilegio de escucharla alguna vez. Dirigida magistralmente por el músico Cristóbal López Gándara y con una mezcla de veterana experiencia y de ilusionada juventud, está filarmónica va a dar a la cofradía de la Virgen de Gracia muchos momentos de alegría, pero también se los proporcionará a la ciudad. Estamos seguros.
Con estos mimbres, con un auditorio casi repleto de público y la organización de la propia cofradía y de la Unión, se desarrolló un acto que, junto con la aparición del cartel que anuncia la novena y la fiesta de Jesús Nazareno, ya nos indican que debemos ir apurando las vísperas.
Las notas musicales de la Sociedad Filarmónica “Nuestra Señora de Gracia” eran el prólogo de la intervención de José Ramón López-Agulló Lendínez, presidente de la Unión de Cofradías de Semana Santa de Úbeda. En su breve intervención el presidente dijo que presentar el cartel de la Semana Santa es abrir una ventana a la Cuaresma. Volvió a insistir, un año más, en que el de la presentación del cartel es un acto promocional pero también es el testimonio de la fe del pueblo cristiano. Felicitó a los premiados en el concurso fotográfico y a los miembros de la directiva de la Virgen de Gracia, por el buen trabajo realizado en los meses previos a la presentación del cartel. Recordó que en 2014 se cumplen los 60 años de la existencia de la Unión de Cofradías, (antes Agrupación), un aniversario en el que se pretende “reconocer a las cofradías que la conforman y recordar a todas las personas que han pasado por ella a lo largo del tiempo.
Jesús Mendoza Torres, autor de la foto, en su intervención huyó de bombardear al auditorio con los datos técnicos que acompañan a la realización de toda fotografía, a sabiendas de que la mayor parte de los asistentes no entendería gran cosa. Explicó cómo fue su llegada al mundo de la fotografía cofrade, así como la forma casi casual en la que tomó la instantánea ganadora. Terminó dando las gracias a su familia, a la que consideró fuente de inspiración para su trabajo.
El presentador del cartel nos trasladó a la singular noche del Lunes Santo en un discurso intimista y cuya prosa tuvo tintes poéticos, en ocasiones algo enrevesados. Es lo que tiene el intentar trasladar al público sensaciones que son absolutamente personales y en ocasiones intransferibles. Medina, que en algunos momentos de su texto rozó la brillantez, estructuró su discurso en torno al silencio y lo dividió en dos partes, ambas separadas por la interpretación de la marcha (de Herrera Moya) “Nuestra Señora de Gracia”, que corrió a cargo de la Sociedad Filarmónica de la hermandad. Habló del silencio aterrador que envuelve a la Virgen de Gracia, en la penumbra de Santa María, una iglesia que aún “sigue siendo extraña para el ubetense comprometido con su historia y sus nostalgias”. Imaginó a Nuestra Señora de Gracia en su capilla, para pasar a preguntarse por lo que hará la Virgen en esos momentos de silencio y de soledad, llegando a la conclusión de que María nunca duerme porque “Ella vela nuestros sueños”. A continuación realizó un recorrido por todo lo que envuelve el Lunes Santo, desde el momento en el que la túnica está preparada, colgada de una percha, hasta que se produce la primera “levantá”. Se refirió al cartel como algo distinto, “aunque no único en las formas”. Lo definió como un cartel silencioso, “que llama a la oración, al recogimiento y a la reflexión” y que nos muestra el interior “esa parte del mundo cofrade que nadie ve y que nadie de fuera intuye”. Constató la próxima presencia de este cartel en la Feria Internacional del Turismo, pero afirmo que el mismo ya lleva tiempo mostrándose en la Feria Internacional de la Tristeza y el Abandono “celebrada en la calle, a altas horas de la noche y a temperaturas impropias de ser vividas entre cartones”. Llegado este punto, el presentador quiso expresar su orgullo por sentirse cofrade y destacó el hecho de que los cofrades dediquen su tiempo, (el que les sobra y el que no), a la generosidad para con los otros, “sin esperar que nadie les pague nada”. Realizó un guiño a la nostalgia, al añorar los tiempos de la hermandad en la iglesia de San Pedro, en contraposición con la frialdad de la actual Santa María y concluyó, como no podía ser de otra forma tratándose de Medina, deseando a los presentes unas felices vísperas.
Casi ninguno de los carteles que en nuestra Semana Santa han sido, han contado con la total aquiescencia popular. Es más, algunos han sufrido duras críticas y en cualquier caso prácticamente cada año ha habido división de opiniones en torno a la calidad del mismo. El cartel de este año no iba a ser menos. Lo cierto es que sí que podemos afirmar que no causa indiferencia y que es motivo de opiniones antagónicas, ambas respetables. Resulta evidente que no se trata de una foto de las llamadas “de ambiente” y que no refleja la muy peculiar plasticidad de la hermandad en la calle. “Esto no es nuestro Lunes Santo”, hay quien ha llegado a firmar. Por otra parte, quienes lo defienden como un buen cartel afirman que refleja la intimidad de un momento muy especial, vivido por los hermanos de la cofradía y por algunos privilegiados más, dentro del claustro de Santa María y antes de comenzar la procesión. Son momentos emotivos, de preocupación, de tensión, de abrazos, de lágrimas, de responsabilidad, de devoción, pero a quienes no han tenido el privilegio de vivirlos el cartel no les dice gran cosa. A todo ello habría que añadir las limitaciones con las que contó el jurado del concurso fotográfico ya que la procesión de 2013 se suspendía por la lluvia y aunque se daba la posibilidad de presentar fotos de años anteriores, lo cierto es que solamente se presentaron 21 instantáneas, de 7 autores, muy poco para lo que suele ser habitual.
Decir que, desde el punto de vista técnico, a la fotografía casi no se le puede poner ninguna pega: bien la luz y el enfoque, aunque un encuadre un poco peculiar. Quienes la ven como buena para un cartel argumentan, no sin razón, que ése es casi el único lugar y el único momento en el que puede hacerse una foto con toda la candelería del paso encendida, pues a lo largo de la procesión resulta prácticamente imposible. Hablando del lugar en el que la foto fue realizada, habrá que decir que no todo el mundo tenía acceso al mismo, debido a las restrictivas medidas de acceso al templo, impuestas por la hermandad, en los momentos previos a su salida procesional. Aunque Cruz de Guía, como decana de los medios cofrades digitales, siempre se ha visto bien tratada por todas las hermandades de nuestra ciudad (en especial por la de Nuestra Señora de Gracia), es de justicia sacar a la luz el malestar existente entre algunos fotógrafos profesionales de Úbeda, que han sufrido en sus propias carnes las trabas que determinadas cofradías les ponen a la hora de realizar un trabajo que, curiosamente, luego les es muy demandado por las propias cofradías, que siempre quieren surtirse, a ser posible gratis, de las mejores instantáneas para sus fiestas y conmemoraciones. Alguien (la Unión en general o las hermandades en particular), alguna vez, deberían abordar este serio problema que sólo está consiguiendo predisponer contra las hermandades a algunos de estos excelentes fotógrafos. En Úbeda, que no dejar de ser un pueblo, nos conocemos todos y no sería complicado establecer unos criterios para la distribución de acreditaciones entre los profesionales.
Cerraron el acto la Diputada de Cultura, el Alcalde de la ciudad y el capellán de la cofradía, quien afirmó que le gustaba el cartel porque representaba un momento íntimo, en el que todo el mundo cabía.
En fin… que el acto de su presentación se desarrolló con toda solemnidad y que cada vez el listón de este tipo de eventos se eleva un poquitos más, para poner complicada su organización a las cofradías que llegarán después. En fin… que la presentación del cartel se ha convertido casi en una exaltación de la cofradía anfitriona, porque nadie se resigna a programar con la cabeza las cosas que llevamos en el alma. En fin… que la Semana Santa de Úbeda de 2014 ya tiene su cartel, un cartel que ahora ha pasado a ser patrimonio de todos los cofrades y patrimonio de una ciudad para la que cada día del año es Semana Santa. En fin… que, como diría Medina, ya hemos empezado a consumir las vísperas.
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