Texto: Web Cruz de Guía Úbeda.
La Asamblea General Extraordinaria que para ayer, día 9 de marzo, había convocado la directiva de la Cofradía del Cristo de la Buena Muerte, forzada por los cofrades que censuraban ciertas actitudes del actual hermano mayor, no se ha podido celebrar. Para que pudiese celebrarse se necesitaba la asistencia del 80% de los hermanos solicitantes (deberían haber asistido 91 cofrades) y de ellos sólo se han presentado 63, a pesar de que han sido muchos más los que han acudido a la convocatoria, pero no habían firmado para que la reunión se convocase.
Una vez que se comunicaba a los presentes, en el salón de actos de la Casa de Cofradías, que legalmente la asamblea no podía celebrarse, las reacciones de repulsa y de disconformidad con la decisión adoptada se han hecho patentes y ha habido momentos de gran tensión. Tras ellos, ha intervenido el capellán de la cofradía, el cual ha intentado conciliar y acercar posturas, pero su esfuerzo ha sido en vano, ya que él también ha sido increpado por algunos de los asistentes.
En unas semanas la cofradía deberá convocar su Asamblea General Ordinaria, que se prevé muy polémica en el capitulo de ruegos y preguntas, donde los cofrades podrán expresarse libremente, a pesar de que en ese punto no puedan adoptarse acuerdos que no figuren en el orden del día de la reunión.
La Asamblea General Extraordinaria no se ha celebrado hoy porque la legalidad cofrade amparaba a quienes han decidido que no procedía su celebración. Hoy se ha cerrado una puerta, pero se ha cerrado en falso. Seguramente lo único que se ha conseguido es alargar la agonía de una junta directiva que tiene una fuerte contestación interna y eso para una hermandad es malo, muy malo. Nadie, ni siquiera los que tenían la obligación de atemperar y de apagar el fuego, ha medido las consecuencias de negar un debate civilizado y razonable que cierre heridas y estos asuntos, cuando se dejan para después, terminan mal.
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