Nota de Prensa de la Asociación en defensa de Úbeda Patrimonio de la Humanidad "PLAZA VIEJA".
CAMPAÑA PARA SALVAR A SAN LORENZO (ÚBEDA) DE SU RUINA!
En
nuestro documento “La ciudad que queremos”, remitido a todos partidos políticos
que se presentaron a las últimas elecciones municipales y que se puede
consultar en el blog de la asociación, nos manifestábamos del siguiente modo:
El
patrimonio eclesiástico.
En lo
que se refiere al importante patrimonio de la Iglesia Católica, con numerosas
propiedades urbanas acumuladas a lo largo de los siglos, Plaza Vieja cree que,
como dueña o depositaria de este rico patrimonio, la Iglesia debe hacer frente a importantes gastos de rehabilitación y
de mantenimiento ordinario, que no siempre acomete, por lo que la mayoría
de las veces se da el caso de que el peso de la restauración, rehabilitación y
conservación de dichos bienes eclesiásticos recae sobre diferentes programas
nacionales y autonómicos ejecutados por las administraciones públicas y
privadas.
En
Úbeda tenemos como ejemplo las ingentes cantidades que tanto el Ministerio de
Cultura del Gobierno central, en su día, como la Consejería de Cultura de la
Junta de Andalucía, han venido destinando a la reconstrucción, con mayor o
menor fortuna, de la colegiata de Santa María.
El
Cabildo, su propietario, debería colaborar, al menos en una pequeña parte, en
la conservación de estos bienes patrimoniales. Iglesias como la de San Pedro, Santo Domingo y, especialmente, San
Lorenzo, muestran un mal estado de conservación generalizado y están pidiendo a
gritos una urgente actuación so pena de que nos convirtamos en testigos de su
irreversible deterioro o, en el peor de los casos, de su desaparición.
El Plan Especial de Protección
del Casco Histórico refleja desde hace muchos años como pendiente “la restauración de la iglesia de
San Lorenzo y algunos lienzos o paños de muralla;” e incluye este edificio
dentro del programa de “Expropiación y adecuación de edificios históricos para
uso dotacional”, insistiendo en su necesaria restauración. El Formulario de la
Declaración de Úbeda y Baeza como ciudades Patrimonio Mundial reitera su uso dotacional. El Ayuntamiento efectuó una oferta de compra de
esta iglesia al Obispado de Jaén y, para evitar males mayores, restauró la
muralla que soporta este templo con fondos públicos provenientes del Plan E. Pensamos que esta singular iglesia debe
pertenecer a todos los ubetenses a corto plazo, para lo cual las
negociaciones entre el Alcalde de Úbeda y el Obispo de Jaén deben culminar
cuanto antes. Y puesto que se va a utilizar el dinero de todos
los contribuyentes (católicos y no católicos), todos los ubetenses debemos ser
los beneficiarios últimos de su puesta
en funcionamiento como lugar de cultura en la forma de centro de interpretación
de la obra de Antonio Muñoz Molina.
La
posición de Plaza Vieja es, pues, clara en este sentido. Tanto que en 2010
“galardonamos” al obispado de Jaén con el premio negativo León de Chocolate “por el deficiente mantenimiento de los edificios
de su propiedad, cuyo mal estado de conservación está demandando una urgente
actuación que venga a frenar su manifiesto deterioro Este escaso nivel de
atención se pone de manifiesto en el lamentable
estado de la iglesia de San Lorenzo, en cuyas obras se ha procedido a talar
la hiedra que había llegado a formar parte de la imagen de esta emblemática
iglesia; las permanentes humedades de la iglesia de San Pedro; la nula
aportación económica a las dilatadas obras de Santa María, etcétera. Nuestra
asociación piensa que el Cabildo debe contribuir bastante más de lo que viene
haciendo en tareas de mantenimiento y conservación de su patrimonio para, de
ese modo, asegurarse de que el estado de sus iglesias y demás edificios en una
ciudad Patrimonio Mundial no desmerezca del resto de edificaciones que integran
el legado monumental de Úbeda.
Por
todo ello, Plaza Vieja apoya todas las acciones que se emprendan
para conseguir que este edificio sea propiedad de Úbeda y pueda ser
utilizado por todos, ya que la iglesia ha demostrado su incapacidad o su poca
disponibilidad para mantenerlo como es preceptivo.
La Junta
Directiva
